Normalmente en las sesiones me puedo quejar de que el bebé no se duerme, de que hay que tener paciencia y dedicarle mucho tiempo etc. Pues todo esto con Martina, ¡nada de nada!, todo fueron facilidades, ella se durmió y ¡ale! haz las fotos que quieras.
Martina solo tenia 10 días, y posó como una princesa. Nos dejó con la boca abierta a todos, de verla con esa carita y portándose tan bien. La mañana se nos hizo corta, y la verdad que estas sesiones aunque duren toda la mañana se nos pasan volando, a sus papis porque se les cae la baba, y a mi porque me apasiona lo que hago.